Mi experiencia junto a Poderosas Colombia: Un Despegar hacía el poder
El primer día estuvo cargado de emociones y experiencias, inició muy temprano de la mano de Avianca para llegar hasta la ciudad de Bogotá, donde nos esperaba el equipo de Kairos para cubrir todo este viaje. La primera parada del día fue en la universidad de Los Andes para asistir a una clase abierta al público, el tema era Menstruación: Más allá de lo biológico, un tema que nos incluye a todos y exploró diferentes aspectos que no me había cuestionado antes. Saliendo de la U nuestro recorrido continuó y en el camino nos cruzamos la estatua de La Pola, la profe Mariana se tomó el tiempo de explicarnos quién fue este personaje histórico, su alcance y el peso que ha tenido hasta el día de hoy, observamos varios carteles que acompañaban la estatua, en los cuales también pudimos tener participación.
Tuve la oportunidad de conocer de cerca lugares con los que estaba familiarizada únicamente por medio de redes y televisión e incluso compartir una conversación y ser escuchada en la mesa diversa del ministerio del interior junto a Viviana Vargas y Natalia Silva, mujeres que salí admirando de este espacio, por sus capacidades e interés en representar y cobijar las necesidades de las infancias, las mujeres y personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+.
La fiesta de la palabra fue la mejor forma de cerrar un día emocionante, mi experiencia personal fue muy nueva y me generaba temor hablar con personas que recién conocía, por lo que lo tomé como un reto personal, me sentí tan feliz de haber participado pues disfruté cada momento, escuchar y ser escuchada con cada parte del cuerpo es un ejercicio que debería realizarse cotidianamente.
Cuando llegó el tan esperado día de la marcha tuvimos la oportunidad de compartir con diferentes colectivos y movimientos con intereses en común. Se creó un espacio seguro, de reflexión y de conversación, dónde nos hicieron pensar un poco sobre los intereses que nos llevaban a marchar y cuál era nuestra motivación para participar en estos espacios. Aún encontrándonos dentro del establecimiento se podía oír con mucha claridad el grito de las arengas y bandas que se iban agrupando, no pude evitar salir del sitio para verlas pasar.
Una vez el círculo terminó, pasamos a los preparativos, realizamos carteles, escribimos, dibujamos, y salimos finalmente caminando hacia el lugar donde la marcha iniciaba. Me encontraba ya rodeada de un mar de mujeres bailando, cantando y gritando las arengas, sentí calor por todo el cuerpo y a pesar de estar nerviosa poco a poco mi emoción iba creciendo, quiero reconocer que estaba rodeada de mujeres muy confiadas, poderosas y energéticas, que nos motivaban, me alegra haber compartido este espacio junto a ellas y saber que su disposición estuvo siempre en cuidarnos y darnos seguridad (Mariana Sanz, Melissa Dixon, Cathy Juvinao).
Leer cada uno de los carteles, experimentar, estar cerca a mujeres con experiencias dolorosas y ver las realidades que acompañan a cada una generó en mí muchos sentimientos diferentes, me sentí muy conmovida durante todo el día. Cuando la marcha estaba terminando y llegamos a la plaza, ocurrió uno de los momentos más emocionantes de este día, nos empezamos a agrupar para hacer la frase de poderosas, fue muy lindo ver la seguridad con la que otras mujeres desconocidas entraron al círculo y nos tomábamos las manos sin temor, me hizo recordar que somos muchas y a todas nos mueve el mismo interés y el bienestar de todas.
El día de la caminata sinceramente era la actividad que más me emocionaba pues una de mis cosas favoritas es la naturaleza. Además, la pasión que he llegado a desarrollar por la información, el conocimiento y estos espacios de charla se mezclaron y me regalaron uno de los días más lindos que he tenido, tuve la oportunidad de compartir con diferentes mujeres que sentían mucho interés por conocernos y hablar acerca de toda nuestra experiencia. Estuve rodeada en totalidad por árboles, vistas preciosas, personas con una energía muy linda, con muchas cosas por contar y muchas ganas de escucharnos.
Cerramos con la luz de la fogata en una charla muy emotiva, recordando, agradeciendo cada uno de los sucesos, experiencias, conocimientos y personas que nos llevamos de este viaje. Mientras descendíamos del Páramo la idea de la gratitud se plantó en mi cabeza y entendí el privilegio que tuve al poder participar, tener acceso a la información, llevarme todo el conocimiento y recibir la preparación en temas tan poco hablados y tan tabú aún en la sociedad. Así que tomé la iniciativa para agradecerle a la fundación Poderosas por tomarse la tarea de crear estos espacios y de poner a nuestro alcance tantas herramientas.
Las actividades terminaron en un abrazo que transmitió muchas ganas de volvernos a ver pronto. De ahí en adelante los días han sido para pensar, entender y procesar todo lo que pude absorber.
Corrección de estilo por Alejandra Mora.