Siempre se necesitan estos espacios para aprender, desaprender y reconocer
El primer día viajé desde Cartagena para Bogotá de la mano de la aerolínea de avianca. Llegamos a Bogotá y nos recibieron unas personas maravillosas que estuvieron con nosotras del principio al final y son el equipo de grabación de Kairos con todo su esfuerzo y su dedicación hacia Poderosas.
No es fácil tomar decisiones de leyes para un país, regiones, estados y municipios de Colombia, fue muy impactante conocer por todo lo que a ellos les toca decidir en el Congreso, tienen mucho trabajo que hacer, fue un momento de reflexión y “ponerse en los zapatos del otro”. De igual manera, fue muy placentero ser escuchada por mujeres lideresas y feministas ya que ellas querían escuchar diferentes puntos de vista del país y sentirnos escuchadas y apoyadas fue muy placentero.
En el transcurso del día fue súper emocionante recorrer lugares de Bogotá como la universidad Los Andes, mirar cómo a otras personas les interesa el tema de la menstruación y ver hombres ahí fue muy especial. Luego nos fuimos a la Fiesta de la palabra donde éramos las protagonistas de nuestra historia. Hablar y soltarnos requirió mucho valor y fuerza, en ese momento me sentí plenamente famosa, escuchar hablar a cada persona y verles llorar por su historia me hizo darme cuenta que todos en la vida hemos pasado por muchas cosas y seguimos adelante. Me gustaría y sería un reto en mi comunidad hacer una fiesta de la palabra, pues sería muy maravilloso que otro te escuche, se ponga en tu lugar y te diga “yo también he pasado por eso”, creo que con eso la unión entre las personas sería muy distinta.
El 8M nos preparamos con las Guaguas y encontrarnos con mujeres fue algo muy valioso que en pocas regiones se ve y al prepararnos para salir a marchar me sentía feliz, libre, sentía que mi voz se escuchaba. Era la primera vez que caminaba en una marcha con tantas mujeres, verlas llorar, a otras rabiosas, otras felices me hizo pensar en que lograré que en Barú las mujeres sean más unidas, se apoyen más y que no estemos solas, fue algo muy valioso y que me marcó mucho.
Al día siguiente nos levantamos para ir a la caminata en la reserva Los Andes con Apata y al principio sentí que no podía con el frío y a veces sentí que el aire se me estaba yendo aunque todo el mundo estaba feliz con el frío. Lograr llegar a la meta para mi fue un gran éxito, todo ese recorrido fue mucho aprendizaje para mí pues así pasa en nuestra vida: nos caemos, nos levantamos, sudamos, creemos no poder más y nos cansamos, pero podemos. Al bajar a hacer la fogata, hablar, comer con otras personas y escucharlas me hizo pensar que necesitamos esos pequeños momentos tan valiosos en nuestra vida, me sentí plena y feliz al hacer el cierre.
Me llevo muchas pero muchísimas cosas que marcaron mi vida esos tres días tan especiales, tanto aprender como desaprender muchas cosas. Yo creo que otras poderosas deberían vivir esta experiencia para que conozcan, aprendan, reconozcan y escuchen a otras personas. ¡Ver mujeres unidas cambiará su vida!
Corrección de estilo por Alejandra Mora.
Por: Deyageorgina Rodriguez